As a woman, I have
no country.
Virginia
Woolf
A mí no me retiembla en mis centros esta
tierra.
En las venas
llevo el desierto de mi abuelo;
de mi abuela, el frío de la sierra.
En la mirada
la soberbia de una larga historia.
En
las manos,
un hueco que se llena
—dependiendo de la temporada—
de agua,
libros,
otras manos,
violetas,
o ciruelas.
Me cansan los gigantes sobre mis hombros.
En los oídos
tengo el amor en español,
la desesperanza en francés,
la belleza en inglés,
la amistad en italiano,
el engaño en latín,
y en portugués, los buenos días.
La soledad habla a través de ondas Martenot.
Mi hogar es
el deltoides de mi amante,
el horno de mi cocina,
el café matutino,
la higuera de la infancia,
mis propios zapatos,
y el olor del maíz asado.
El origen de todo, desde luego, es el
mar.
No soy árbol,
casa,
serpiente,
madre,
ni país.
La tierra y yo no tenemos mucho que
decirnos.
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