23.1.08

Amici

Cuánto amigo he perdido. Lo peor de todo es que ni siquiera hubo rabieta, ni engaño ni traición, solamente olvido. Supongo que es así como se pierde realmente a los amigos cuando uno se convierte en ese monstruo tan antropomorfo llamado adulto. Sin embargo, aquellos que permanecen -aunque sea a la distancia- han estado más cerca. Cheers, my dearest friends. You know who you are.

3.1.08

Al otro lado


La frontera es la división más arbitraria desde la división laboral por géneros y la distribución de la riqueza en el mundo. Los fronterizos, tanto mexicanos como gringos, fluctúan a pie por el puente No. 1 (El puente viejo) con singular alegría y singulares dificultades. Repentinamente, el flujo puede ser interrumpido a voluntad del caprichoso, vulnerable y paranoico Tío Sam; la casualidad determina quién se queda de qué lado temporal o permanentemente. A los capitalinos nos llegan pocas noticias y sin mayor detalle de los entuertos de la aduana o de los que quieren pasarse el río y mueren congelados, ahogados o a balazos. Pero los fronterizos se saben mil historias que, al paso de los años, se van convirtiendo en leyendas, si valen la pena. Lo que sí es seguro es que la frontera, siendo un límite, lo permite todo, en secreto y a grandes voces.