1.9.12

Diversión e ignorancia

diversión. (Del lat. diversĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de divertir. 2. f. Recreo, pasatiempo, solaz. 3. f. Mil. Acción de distraer o desviar la atención y fuerzas del enemigo.

      Esta publicación la detonó una pequeña discusión con un ex alumno a partir de una tira cómica que hacía referencia hacia la intolerancia que tienen las personas religiosas hacia las personas que no practican ninguna. El encabezado que yo puse fue algo así como que la burla casi siempre se basa en la discriminación, y ésta, a su vez, en la ignorancia; y la ignorancia nunca es divertida. Me parece que mi alumno me quiso hacer ver que uno no puede estar divertido si se es demasiado racional -cosa que agradezco, pues a veces se me olvida ver diferentes aspectos de la misma cosa. Y sí: brincar en la cama, bailar como idiota con amigos a las cuatro de la mañana, reirse todavía de un chiste que se contó hace horas, por supuesto que requieren de un olvido de la cotidianidad abrumadora de tránsito, claxonazo y alza de precios en la canasta básica. Pero solo eso: un olvido temporal. Mi cinturón de seguridad son los diccionarios. La acepción dos me parece la más adecuada al tema que se trata. Solaz es una de mis palabras favoritas del español, por fonética y por significado:
solaz. (Del prov. solatz). 1. m. Consuelo, placer, esparcimiento, alivio de los trabajos. a ~. 1. loc. adv. Con gusto y placer.
     No se puede vivir trabajando. No se puede vivir siendo absolutamente racional todo el tiempo.Tal vez las cosas que nos causan más placer son aquellas que difícilmente se articulan con claridad en la mente -como cuando, después de un rato, hemos olvidado la causa de una risa que se ha prolongado a tal grado del dolor abdominal. Son esos instantes que después trataremos de reconstruir y organizar y expresar en palabras, pero no podremos reproducir en sensaciones.
      Pero no creo que esa disminución momentánea de razón se contraponga con la ignorancia. Por el contrario: si la ignorancia es la falta de conocimiento -y personalmente me parece que va aunada a cierto grado de apatía- representa una limitante, incluso para la diversión. Un ejemplo muy simple es cuando a alguien le gusta cierta actividad y resulta que por desconocer -es decir, ignorar- que hay un grupo de personas haciéndolo incluso cerca de su vecindario - un club de lectura, un taller de teatro, un vivero en una azotea, un grupo de baile de salón- no la realiza; o sí, pero en soledad. Y tal vez la diversión en soledad sea buena, pero en grupo es dos veces mejor. Después de pasar por un momento divertido nos sentimos mejores personas, y el alza de precios seguirá allí, pero quizá será más soportable. La diversión, así, nos hace conocernos más a nosotros mismos. Nos hace humanos más completos.
    Ni hablar del grupo de gente ignorante y apática que concibe que la diversión es simplemente apartar su mente de la cotidianidad, pero por el simple hecho de enajenarse y embrutecerse mediante la parálisis o la simple inconciencia. Después de un momento así -por ejemplo, con el abuso de drogas, o toda una tarde de sentarse a ver la televisión pero sin prestar atención, o incluso estar frente al monitor de la computadora sin interacutar o hacerlo superficialmente- uno no experimenta el mismo grado de satisfacción, y puede ser que todo lo contrario: una sensación de frustración al haber "perdido tanto tiempo" en algo que en realidad no nos dejó nada.
    Ellos han tomado como verdadera la tercera acepción de diversión, proveniente de la jerga militar -y no por coincidencia- que es precisamente una distracción, un desvío de atención, un debilitamiento de fuerzas contra el enemigo que nos deshumaniza, nos hace estar frustrados, insatisfechos y pasivos, vencidos. Y el enemigo, lo sabemos bien, es el binomio ignorancia + apatía.