24.8.09

Tía no explicada aún

Jamás he querido ser el tipo de feminista que culpe a un hombre por las desgracias de las mujeres, pues, además de otras cosas, eso nos convierte, automáticamente, en víctimas. Sin embargo, únicamente para ejemplificar el comentario, he de decir que me impresiona la forma en que, aproximadamente, 9 de cada 10 mujeres de mi familia viven su soledad o su amargura desde algún punto de desencuentro con un hombre. Y allí están, todas en un cuarto reunidas, hablando cada quien de como le fue en la feria, todas con sus arrugas de alegría y sus ojos cristalinos de nostalgias y desengaños, todas recordando aquella niñez donde se reunían a hacerse diabluras o comer un dulce juntas. ¿Cuándo envejecieron tanto como para dejarse abandonadas en un pasado tan remoto? ¿Será realmente ésa la necesidad de las reuniones familiares, confirmarse su 60 y muchos años en achaques, pero que únicamente reconocen a aquellas adolescentes que cantaban las rancheras como si de verdad hubieran frecuentado las cantinas? Aún no logro entender qué clase de mujer se es cuando se llega a esa vejez que aún no lo es tanto.