2.11.08

Ofrenda

Lo siento, Sapo. No pude -o tal vez no quise- ponerte una ofrenda con dulces -las velitas que tanto te gustaban-, papel picado, las flores de cempasúchil, las velas en los candelabros de calaveritas, miel, pan de muerto, bolillos frescos, chocolate, cigarros, una canelita, una selección de tus libros -entre los que no podría faltar Bolaño y Fresán, la Garro, Rimbaud y Dante-, una libreta nueva, hartas plumas de gel negras, una foto de Bolaño y el manifiesto infrarrealista, una calaverita de azúcar para Alan y otra de chocolate para Erato, los juguetes de tu infancia, tu compacto de Chaos A.D., la estampita de San Jerónimo que jamás conseguí, la otra de San Charbel -sí, ya se que así no se escribe-, el vasito de agua y tres litros de leche; pero ya ves, sé perfectamente lo que debí de haber puesto -tú me conoces mejor que nadie, me dijiste. Yo te amaba. Me sigues doliendo. Mi ofrenda, más que esa combinación de amor y dolor son estas letras. Seguiré escribiendo. Pero dejaré de escribirte y pensarte en segunda persona. Noviembre ha llegado.

7.10.08

I've seen enough, but I haven't seen it all...

I lived with a broken man. He wasn't a crackedpolystyrine man, but he crumbled and burnt. I'm now the real thing. I tasted the real thing. And my love wasn't [and never been] fake. I've cried lonely and bitter tears of joy. I understand now. You left, I stayed. But then again, I'm Penélope, and I wait...

17.9.08

8008

Nunca me ha preocupado el infinito. Sencillamente se me figura como una pretensión si no esnob, por lo menos demasiado relacionada con Borges o las Matemáticas o la Física como para querer salir corriendo –zapatos en mano- sin mirar atrás. Me asumo como mortal, me asumo como mujer. El infinito me vale un cacahuate –en forma de ocho. Lo más cercana que he estado de tener una concepción lúcida y racional del infinito por el que todos circulamos es una conversación entre dos personas que, de tener dos opiniones supuestamente radicalmente opuestas, regresan al mismo punto pero de espaldas, haciendo imposible que alguno avance, mas que la apatía y el aburrimiento. Sin embargo… Nací en el 80. Éste es el 08. Un anagrama de posibilidades quiere atraparme en el infinito de las repeticiones, pero tal vez no rutinarias, si no de la continua muerte, resurrección y origen de nuevo en el que sólo debo conservar los recuerdos que ya se han transformado en historias un tanto ficticias, y ficciones que han sobrepasado a la realidad más cruel. El problema del infinito es que, siendo infinito, está determinado, y para mayor deleite de los mortales, en una curva, donde es imposible prever lo que en realidad acontecerá. El cero pasa por el mismo punto sólo una vez. El ocho, dos. ¿Estaré de gane?

15.9.08

Lamento y regocijo II

Bienaventurados sean aquéllos que, sabiendo la profundidad del océano y la distancia de la orilla, ambas inconmesurables, reconocen el azul infinito y la soledad gozosa, y no temen a las tormentas que los puedan perder, porque no hay más infinito que el infinito; y nadan, libres, desnudos, guiados por la calidez de un encuentro furtivo, un roce de miradas, un cántico espontáneo, una risa franca y escandalosa, hacia la belleza.

9.9.08

Lamento y regocijo I

¡Ah de los humanos arrojados en un océano de incertidumbre, azorados ante la mirada del infinito, tienen por asidero sus certezas frágiles!
¡Ah de aquellos que se atreven a nadar, desnudos, buscando la orilla para dar fin a sus tribulaciones, con la promesa de un paraíso hace 13 siglos perdido!
¡Ah de los otros que se quedan flotando en al superficie, a merced corderesca de los monstruos marinos y las aves predadoras, esperando una redención milagrosa de su propia condición miserable!

24.8.08

Parole et langue

La auténtica soledad existe entre el dibujito del árbol y el olor del bosque en este lluvioso agosto, querido sensei Saussure. Los mortales que no somos aquellos seres alados ligeros y sagrados platónicos tenemos que luchar, contra viento pronunciación y gramática, para abrirnos paso entre el mar de interpretaciones de nuestras palabras, y por si fuera poco, de nuestros actos. ¿Qué nos dará alas, pues? El amor, dice sensei Platón. El problema es que, a veces, de tanto aleteo perdemos el oído y la distancia entre árbol-dibujo y bosque-aroma forma una gran brecha. No me queda más que cantar a gritos, como recomienda sensei Leonfe, para crear un eco que invoque a los que hablan mi mismo idioma.

20.7.08

La gente habla de Literatura

Colegas latinistas: relajémonos. A final de cuentas, cada uno de nosotros ya ha experimentado La Literatura, y tenemos, aunque sea vagamente, conscientes sus implicaciones. La gente, allá afuera de la comodidad de nuestras casas, de nuestros libros favoritos, habla de literatura, teorizan y chismean sobre los autores. Obviamente lo que más se les escapa es la fidelidad de los datos bibliográficos. ¿Qué importa más? Si la gente habla de literatura es porque está leyendo, en el mejor de los casos. O blofeando para ligarse a alguien. ¿Quiénes somos para presentar una objeción ante ello? Lo que realmente debemos vituperar es que, quien tiene la formación e información, no le acometa con todas sus fuerzas. Nuestra reponsabilidad es afrontar, así, desnudos e indefensos, la entera densidad de La Literatura. Que la gente lea y hable de literatura, queridos colegas latinistas, debe ser esperanzador, aunque no podamos evitar la dentera cuando escuchemos a alguien clavarse en el chisme literario, cuando vemos a alguien comprar un libro por la bonita portada, o cuando alguien afirma que es un gran lector porque lee un libro al mes.

7.7.08

Viuda

Y después de la ira y el dolor, el luto y el olvido, ¿qué? Último consejo de una mujer casada: No te cases, para que luego no tengas que ser una viuda.

27.6.08

MuMu

Penélope contra la mortaja, la vida contra la mortaja, un alumbramiento lejos, muy lejos, del hoyo negro que me acecha. La luz siempre te permite ver por dónde caminas. La luz de todas las posibilidades contra la anulación de las posibilidades, o peor aún, el desdeño de las posibilidades. ¿Alguna podrá declararse vencedora? que cada quien lo decida. Hoy celebro y me regocijo, en medio del duelo, por el nacimiento de mi nueva sobrina. Así es de persistente la esperanza, aquí permanecemos los vivos y nuestros dolores, y las más grandes alegrías. Aquí.

24.6.08

Sapo

Una noche tibia de febrero encontré un par de manos y ojos y brazos que, casi de inmediato, decidí hacer mi hogar. Un hombre que me llevaría, finalmente. El cabello más oscuro que jamás había visto. Los dientes, en cambio, los más blancos. Una sonrisa sincera en medio de una gran tristeza, los contrastes siempre me han atraido, ya estaba enamorada. En sus brazos encontré mi potencial matrimonial, familiar, maternal. Yo ponía su cabeza entre mis pechos como promesa de un futuro mejor, siempre allá, a la distancia, vas a ver, nos va a ir mejor, vamos a encontrar una solución, las cosas no son siempre así, es más fácil de lo que parece, juntos venceremos al mundo. Juntos seremos tu y yo, juntos envejeceremos. Juntos comeremos arroz todos los días si es necesario. Juntos haremos una familia de dos, no nos falta nada. Soy feliz, estoy enamorado, dijiste algunas noches entre mis cabellos desordenados. Siempre escuché lo que me decías cuando pensabas que dormía, pero nunca te lo dije. Yo pensé bastarte. Yo pensé que me bastabas. Yo pensé que te enseñaría a ver a través de mis ojos reformados. Yo pensé que te quedarías para enseñarme tantas cosas, para ayudarme tanto, para demostrar todo lo que siempre callo, y ya ves, ahora no quiero otra cosa mas que decirte tantas cosas, para que me contestes, no importa cómo, aunque sea mentando madres, aunque sea callándote y hojeando un libro, aunque sea mandándome a la chingada porque estás escribiendo y yo sólo estoy zopiloteando. Siempre me consideré afortunada por haberte encontrado, aunque lo haya hecho mientras tú estabas tirado en la banqueta, te dije tantas veces, yo pensé que te había levantado, que te había bañado y puesto ropa fresca, que te había dado una sopita caliente y acogido entre mis piernas, en mi corazón, en mis dudas y sobre todo en mis certezas. Ahora recuerdo el olor de tu aliento y tus axilas. Tu sonrisa eufórica de verme vestida de novia. Tu gesto de desesperación por los terrores nocturnos. La forma de tu boca cuando pronunciabas el francés. Siempre serás mi esposa, me dijiste. Jamás te olvidaré, te dije entonces y ahora sobra decirlo. Tu alas siempre fueron reales, pero siempre desconfiaste. Me amaste, lo sé. Te amé, lo siento. ¿Por qué no dejaste que entrara en tu corazón, si ya me tenías allí? Jamás olvidaré tus ojos como de la superficie de Marte, tus canas prematuras, tus pies chuecos, el sabor de tu sudor, la forma en que cada noche me mirabas quitándome el sostén, tus súplicas para que durmiera a tu lado, tus brincos al escuchar a Sepultura. Sé tanto de tí, sabías tanto de mí. Tus alas siempre estuvieron allí, no tenías porqué ponerlas a prueba. descubriste el misterio que para tí no lo era, siempre te consideré afortunado. Así nada más, Sapo. Mi sapo desmadejado, mi sapo hecho trizas, mi corazón despanzurrado, tu vuelo maltrecho, lo tuyo no es el aterrizaje, debiste de permanecer volando

9.6.08

Si preguntan por mí...

Una buena mañana el diablo tocó a mi puerta. No lo invité a pasar, pero le dejé la puerta entreabierta. Ahora todas las noches me asomo para ver si sigue allí.

19.5.08

Prolegómeno a la crisis de los trienta II




Lo de hoy no es ser una chamaca anoréxica de 16 o 17, mucho menos una emo. Lo de hoy es ser una adulto joven, como se dice, una mujer definida en muchos aspectos, que se divierte porque sigue disfrutando de las ventajas de la juventud, pero con los privilegios de la adultez. Matemos de una vez por todas al infant terrible y sus aspiraciones. La pregunta que nos mantiene con el ojo pelón en la noche ante la soledad de nuestros pensamientos es, por supuesto, si se está definida, en qué, y en qué no...

7.5.08

Mane



Gracias Carlos. Excelentes fotos.

25.4.08

Penélope contra la mortaja

Soy Penélope y Odiseo a la vez. Un Odiseo que se ha quedado en tierra mucho tiempo, renunciando a naufragar, evitando islas circeanas y desde luego rechazando el canto de las sirenas. Nadie me ha ofrecido la eternidad. No le he prometido a nadie esperarlo para siempre. Mi Penélope ha estado fuera de casa mucho tiempo. ¿Dónde está Ítaca? Dentro de mí. Aquí están todos: Polifemo, Nausicaa, Telémaco, Equidna y hasta el perro que reconoce a su dueño. Pero esta Penélope si teje la trama. Teje durante la noche, y mientras transcurren las horas del día, voy destejiendo lentamente las historias en mi cabeza. Este Odiseo bajó a los infiernos y la muerte -que tanto anhelaba- le asustó. Si un hombre no es una isla, una mujer -esta mujer- sí lo es. Ítaca soy yo. Yo soy Penélope.

29.3.08

Prolegómeno a la crisis de los trienta

Todos los hombres que no besé, todas las causas sociales por las que no luché; todos los pequeños pueblos italianos que no visité, todos los conciertos en los que no me quité el sostén, todas las canciones que no compuse, todos los poemas que no aprendí de memoria, todos los discos que no robé; todas las propuestas que rechacé, todas las fiestas a las que no fui, todas las veces que no grité cuando debía, me hacen recordar que, aún adolescente, siempre fui una treintona.

14.2.08

Eros vs Tanatos

Contra la muerte, el amor.

Réquiem

Mi antepasado más lejano acaba de morir. Mi abuela, Nohemí Rojas Herrera, de 90 o 91 años, dejó de latir el sábado pasado, en Durango, ante mis ojos. Muchos dicen que la forma en que mueres es representativa de la forma en que viviste. Mi abuela perdió la conciencia súbitamente, y hasta el último momento fue uno de los cerebros más prominentes que conozco, con una memoria extraordinaria. Mis primeros recuerdos que tengo del mar y la lectura están íntimamente relacionados con ella. En la Barra de Coyuca, mientras el resto de la familia se adentraba en el mar, yo tendría unos 4 o 5 años, mi trajecito de baño y mi abuela siempre con sus faldas largas y oscuras, una blusa con flores demasiado grandes y opacas, nos sentamos en la playa con las piernas extendidas, esperando a que cada oleada nos refrescara los pies. Yo tenía una playera que decía algo en inglés, y le preguntaba a mi abuela el sonido de cada una de las letras. Cuando llegamos a una h intermedia, ella me dijo, tajante, que esa letra no sonaba. Yo en mi confusión no advertí una ola que nos mojó hasta la cintura, y en el fondo negro de la falda de mi abuela quedaron cristalitos brillantes de arena, como miles de soles en su regazo. Su descendencia no será tan multitudinaria como la de Abraham, pero sí muy diversa. A mi abuela le debo mi amor por el misterio de las letras.

23.1.08

Amici

Cuánto amigo he perdido. Lo peor de todo es que ni siquiera hubo rabieta, ni engaño ni traición, solamente olvido. Supongo que es así como se pierde realmente a los amigos cuando uno se convierte en ese monstruo tan antropomorfo llamado adulto. Sin embargo, aquellos que permanecen -aunque sea a la distancia- han estado más cerca. Cheers, my dearest friends. You know who you are.

3.1.08

Al otro lado


La frontera es la división más arbitraria desde la división laboral por géneros y la distribución de la riqueza en el mundo. Los fronterizos, tanto mexicanos como gringos, fluctúan a pie por el puente No. 1 (El puente viejo) con singular alegría y singulares dificultades. Repentinamente, el flujo puede ser interrumpido a voluntad del caprichoso, vulnerable y paranoico Tío Sam; la casualidad determina quién se queda de qué lado temporal o permanentemente. A los capitalinos nos llegan pocas noticias y sin mayor detalle de los entuertos de la aduana o de los que quieren pasarse el río y mueren congelados, ahogados o a balazos. Pero los fronterizos se saben mil historias que, al paso de los años, se van convirtiendo en leyendas, si valen la pena. Lo que sí es seguro es que la frontera, siendo un límite, lo permite todo, en secreto y a grandes voces.