25.4.08

Penélope contra la mortaja

Soy Penélope y Odiseo a la vez. Un Odiseo que se ha quedado en tierra mucho tiempo, renunciando a naufragar, evitando islas circeanas y desde luego rechazando el canto de las sirenas. Nadie me ha ofrecido la eternidad. No le he prometido a nadie esperarlo para siempre. Mi Penélope ha estado fuera de casa mucho tiempo. ¿Dónde está Ítaca? Dentro de mí. Aquí están todos: Polifemo, Nausicaa, Telémaco, Equidna y hasta el perro que reconoce a su dueño. Pero esta Penélope si teje la trama. Teje durante la noche, y mientras transcurren las horas del día, voy destejiendo lentamente las historias en mi cabeza. Este Odiseo bajó a los infiernos y la muerte -que tanto anhelaba- le asustó. Si un hombre no es una isla, una mujer -esta mujer- sí lo es. Ítaca soy yo. Yo soy Penélope.